Jesús nos abraza cada vez que lo buscamos en una oración para darnos su apoyo y sus bendiciones en cuanto a lo que le pedimos. No hay nada mejor que saber que nuestro proyecto es cubierto por la gracia de Jesús ya que podemos estas seguro de que ira directo a la victoria porque de esta manera le daremos la Gloria a Dios.
Jesus nos abraza cuando tenemos temor para que abandonemos rápidamente esta sensación y podamos confiar que entre sus brazos siempre estaremos protegidos. El temor es pecado porque va en contra de la fe, por eso cuando tenemos miedo de algo Jesús llega para abrazarnos y hacernos recuperar la confianza en el.
Jesús nos abraza cuando buscamos su guía y le obedecemos, un abrazo de amor y confianza de el hacia nosotros haciéndonos saber que si le obedecimos en cosas pequeñas estaremos preparados para recibir aun cosas mayores.
Jesús nos abraza cuando estamos tristes o angustiados para recordarnos que el tiene todo bajo control. Muchas cosas no la podemos controlar nosotros con nuestras fuerzas naturales, pero el si, si confiamos en el todo ayudara para bien.
Jesús nos abraza cuando nos arrepentimos y le pedimos perdón por haber cometido algún error o le desobedecimos. Todo el que se arrepiente alcanza misericordia, pero necesita de un verdadero arrepentimiento, un cambio de pensamiento y acción rápida, es ahí cuando Jesús escudriña nuestro corazón y nos abraza para perdonarnos.
En cada paso de nuestra vida que lo demos guiados por la Palabra de Dios sentiremos el abrazo de Jesús acompañándonos, protegiéndonos y cubriéndonos de bendiciones y poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario